La roca ajada y el espasmo vespertino
olor rancio
mentira procaz
y el beso olvidado
Huir por escalones separados
reprimiendo la sensación.
Esa sensación.
Otrora culpa
dos homicidas
y los mismos cuerpos
y las mismas piedras.
Adiós.
A Él no.
Él no merece terminar esta conversación.
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